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viernes, 30 de noviembre de 2012

Casida de cómo fue que me convertí en Poeta


Expliqué mi condición y me dijeron que estaba loco:
porque veía nadar a los sapos en la laguna del coco,
porque mi lengua se desangraba hablando verdades,
sacando del costal todo el abecedario de las libertades. 
No necesito ser un filósofo para ver con ojos de águila, 
no necesito tener alas para volar ni ojos de tequila.
Sólo mi cuaderno, mi pluma y mis pensamientos,
acompañan a los pájaros con alas de púas somnolientos.
Mirando el deterioro de mi cuerpo y la vejez de mis letras, 
dejé fuera de mí la adolescencia y me adentré en las praderas.
Al fin y al cabo los senos de la Musa me amamantan, 
embriagando mi conciencia, amaneciendo en las montañas que cantan.
Por eso la austeridad me conmueve y sigue conmoviéndome,
convirtiendo en una faena la escarcha y de este mundo alejándome.
La batalla se ha vuelto verosímil, acudiendo a los espejos,
tiritando junto a los polos y viendo a los pingüinos quedar perplejos.
A veces mi calcañar explota por la presión seca del desierto, 
pero finjo que es nada más un espejismo y se abarrota lo cierto.
Los callos que circulan por las aceras de mi mente, 
se convierten en mendigos con ceniza en la frente, 
sacudiendo fetiches y sangrando de las rodillas dementes.
Cuando veía lo crudo de los altares, lo crudo de los entierros, 
lo crudo de los manjares, lo crudo de los encierros;
pensé que este mundo no tenía una solución viable,
pero ahora sé que la poesía es un arma confiable.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Casida del plumaje


Intento despertar con el amanecer de Luna, 
bañándome en rocío con las espinas de tuna.
He fingido toda la vida que las tarántulas son demonios,
he fingido vivir en un orbe casi cubierto de aluminios,
he demostrado ser un transeúnte que toma los largos caminos. 
Pero volando alto como los tordos, agarro mis plumas
y saco de las venas la tinta colorida de colores.
A veces las lágrimas se vuelven acero en las manos,
el estiércol, un perfume más agradable que el smog,
los pantanos, un lugar más limpio que los ríos y lagos.
A través del espejo se observa el plumaje de los pájaros,
descoloridos, como las bolas de excremento de los escarabajos, 
se observan entes pululando sin rumbo en los espantapájaros. 
Detenidamente, atisbo en el entrecejo de la capa de ozono,
ha perdido su yelmo por la culpa de nuestro grave tono,
ha perdido su plumaje y pronto sus osamentas serán plomo.
El zapato tirita ante los espermatozoides de los dedos,
y los mosquitos pasan de largo, fallando por los miedos;
sin embargo, la fuerza de voluntad sacude los huesos,
terminando con el miedo y explotando en fuegos. 
Frente a los caminos los breñales se visten de esmoquin,
la hojarasca es obligada a servir de cama para el adoquín
y los pinos sirven de testigos al viento andante.
En noviembre los vientos de octubre se sienten,
y los árboles sacuden su pelo y se desmienten;
permite al plumaje blanco revestir tu cuerpo
y llenar tu vida con un nuevo aliento.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

A caballo entre el pubis de la Musa


Resuena la lira puesta en las manos de la Musa, aclarando caminos y acompañando las notas negras de los escombros ecuestres; a veces la escucho sollozar en soledad, aprieto sus muslos y acaricio sus senos; sin embargo, los grafitis todavía viven en los muros. A veces los climas me parecen inverosímiles, tal y como dijo Miguel de Cervantes "verás cosas, Sancho, que no creerás", por eso es que las nalgas de la Tierra yacen escaldadas, sufriendo sin poder defenderse de nosotros los monstruos. Confío en la austeridad de mis letras, por eso penetro en la vulva de la poesía, para provocar el orgasmo en los lectores y sacudir el cerebro semiabierto de los entes. Recorro ahora todo tu cuerpo, deteniendo el curso en cada poro por donde brota el sudor ardiente de tu piel, jadeando encima de tus cabellos y escribiendo un verso más ardiente que la lava del volcán en erupción. Tus labios, ¡qué labios!, aburridos de besar el tiempo, tiempo constante en las violaciones sin sentido; encima de la equidad, le hacemos el amor al viento, sacudimos nuestras herrumbres con el harapo del manantial y obligamos al cauce a transportar nuestras mugres. Me siento junto a ti y trato de llevar la saliva a un nivel más alto, para provocar en ti, un tornado de pasiones y una tormenta de buenas y malas noticias. No olvido el momento en que entregué mi virginidad a la poesía misma, ¡fue grandioso!, y sigo viviendo ese mismo orgasmo con certidumbre y honradez.          

martes, 27 de noviembre de 2012

Me encuentro vacío


Me encuentro vacío, escurriendo en lágrimas, sentado encima de tanto problema, maquinando estrategias de sobrevivencia, mitigando el desastre de las sílabas; plasmando en el zapato, el derrumbe de mi pecho. Frente a mí, los breñales de la muerte, los espejos de los hipócritas, el juego de colores de los políticos; el aguacero se siente como limón estrujado, el fango como el chicle de los anuncios publicitarios; ya no veo el reloj marcando la hora, sino a las agujas apuntándome como si fuera un delincuente, tal si fuera Roque Dalton muriendo en manos de ciegos. Miro a los tabancos vendiendo adicciones sin mesura, evadiendo a la ley de plumas que tenemos; sin embargo, a cada lugar que nos dirigimos, siempre hay una venta de libros, libros que son armas letales, letales porque todo ciego le teme a la luz. Mientras el insomnio me atrapa en su grillete, las figuras literarias salen como un barril de sombras, esperando que alguien las ilumine con la lámpara de la rueca. Todo pensamiento que se encuentre vacío, siempre termina llenando un espacio faltante en nuestros lectores. Todavía escucho el eco de la hojarasca en la falda de mi cerebro, empapada como virgen en su primera vez; ahora guardo el abecedario imprescindible en caja de jade, para heredarlo luego a los que escuchan a los espectros.        

lunes, 26 de noviembre de 2012

Más allá de lo evidente


Cuando veamos más allá de lo evidente: tendremos a la razón en la cúspide de la tortuga, tendremos el corazón retozando de armonía, tendremos las botas bien puestas; tendremos el nivel de pensamiento más alto, de acuerdo a nuestra capacidad de analizar la vida de los demás, comenzando por nosotros mismos. Más allá de lo evidente yacen los problemas más mohosos, más mohosos que el hierro oxidado de la lámpara de mercurio; la escarcha se verá como un espejo de nuestros gazapos, los cristales serán granizos aplasta cráneos durante la época de invierno, los sapos explotarán en su explotación. Sin duda, los azacuanes tendrán más que hartarse, espero no se enfermen con la carne del capitalismo; las tortugas llegarán primero y los conejos se quedarán durmiendo. Tú y yo, estaremos en la rueca pespuntando más evidencias, estrujando letras para sacar el jugo del pensamiento, sollozando y luchando junto al orbe casi zombie. ¡Siento que algo me obliga a penetrar en ti amor!, empapando mis venas con el orgasmo de tu metáfora, sacando fuerzas del té que apacigua mis nervios, ardiendo en llamas junto a tu cuerpo esbelto. Mientras el frío atormenta mis sábanas, sigo soñando con los ojos abiertos, abriendo mi cuaderno y escribiendo la verdad en tinta; sin embargo, mañana es hoy y tendré que hacerle frente al tsunami de hipócritas que se me vienen encima; sólo espero que mis huesos no sean agujas para mis enemigos. Poco a poco, el féretro se acerca por la penumbra de los espectros, pero espero con ansias el día del juicio final.     

domingo, 25 de noviembre de 2012

Palacios de cartón


Ay no quieres,
te asusta
la pobreza,...
Pablo Neruda.

¿Te duele ver pisar la hojarasca con los pies desnudos?, ¿te duele ver pidiendo en la calle a chicos con harapos tristes?, ¡pero qué sonrisas llenas de vida!; ¿te ha dolido ver vestidos llenos de agujeros?, tratando de  dormir en las calles de la gran ciudad, esperando contar ovejas y no gotas de frío; ¿has sentido el impacto en tu pecho cuando un niño es atropellado por las máquinas del diablo?, ¿has puesto una moneda en el vaso mugriento de aquel mendigo que se merece la silla del presidente?; claro que éste se merece la presidencia, porque lleva con él una honestidad inmortal y todas las herrumbres de la pobreza extrema. Sabía que estarías conmigo ahora ─Amor─: tratando de extirpar el cáncer que yace en la riqueza, sacudiendo el polvo de las bocas publicitarias, eliminando los codos que fingen ser cristianos, cortando el hilo de los sacerdotes que les prometen la vida eterna a los que están explotando. Las horas pasan y mientras escribo: aparecen más, más y más pobres; sin embargo, sé que vosotros leeréis mis letras y trataran de eliminar el fuego de las brasas; comenzando por su barrio, luego por los cantones, ciudades y países. A mí no me asusta la pobreza, lo que me asusta es: ver el derroche de dinero que se gasta en comerciales absurdos, llenos de erotismo y poniendo la honra de la mujer por el mismísimo pantano; tirando habladas de política, teniendo guerras innecesarias. Usted y yo, tendremos que apagar el televisor y aprovechar el tiempo buscando tesoros enterrados en palacios de cartón, para ponerlos en alguna faena y exterminar la pobreza poco a poco.

sábado, 24 de noviembre de 2012

viernes, 23 de noviembre de 2012

Afrodita


Diosa de los pistilos, diosa de mis amores;
musa de colores, labios sin errores.
Fantásticas alas, desnudas piernas;
eternos senos, manos eternas.

Diosa del lago, diosa de mil colores;
musa del desasosiego, cadera de flores.
Iris de escarcha, regazo de ninfas;
ocaso de poros, orgasmo de enredaderas.

Llovizna en las sábanas, jadeante;
húmedos vértigos, centelleantes...
que hicieron caer a Miguel de Cervantes.

Ecos derretidos en el cielo palpitante,
que obligan a los problemas errantes,
a fenecer en los vendavales cambiantes.  

jueves, 22 de noviembre de 2012

La minifalda de...


A corta distancia de la cintura del Ecuador, ocultando el cráter inmenso de las mazmorras del fuego; sufriendo el frío de los polos en las nalgas de tu eje; mientras la media cubre tus muslos paralelos, el ozono de tu pubis se desangra junto a los álamos; llovizna desde afuera y te haces vapor por dentro, vomitando encima de las nubes por donde transita el hollín de las fábricas. Allá a lo lejos observo a los sapos inflarse con la inflación, caminando entre tejones manchados de la espalda; la hojarasca tiznada de tus venas, sigue ardiendo como fuego ardiente en tus corazones; debilitándote, sacando fuerzas de los orgasmos vírgenes de los ríos, luchando contra la gravedad del plomo y el smog. La última menstruación se acerca por el cielo, ¡será la última!, ¡se podrirá aceleradamente!, los pantanos emergerán y consumirán las entrañas de todo ser viviente. ─Me veo la tierra de las uñas y sólo veo desechos martirizados por la paulatina herrumbre de los clavos. Irritados los ojos que guardan la lluvia ácida en sus poros; todavía escucho el lamento infernal de los espectros que pululan sobre un bosque que ya no existe. Sin embargo, hay un grito más profundo en la sequía y un jadeo más grave en las hambrunas que se viven bajo los puentes resquebrajados por los rayos. El zancudo rebuzna y los niños caminan dormidos junto a él, esperando la mordida en las tierras de sus pieles; no veo dónde se esconde el malnacido de las alzas, pero le saco a flote y le disparo un proyectil en el cerebro.    

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Un día después de ayer en el tiempo


Un día después de ayer en el tiempo: 
las canicas hacían agujeros en mis bolsillos,
los carritos sacudían las carreteras del patio;
hacíamos perfumes de las flores aledañas,
les reventábamos el pecho a las guacalchías, 
jugamos a ocultar el muerto en el jardín. 
 
Un día después de ayer en el tiempo: 
los latigazos abundaban en nuestros errores, 
el haz de leña era nuestro castigo; 
el correrse no era una buena idea,
el sollozar no era la solución,
sino entender a puras palabras. 
 
Un día después de ayer en el tiempo: 
los monstruos de la obscuridad eran imaginarios,
ahora se han vuelto realismo en la punta de mi cuaderno;
Ovidio murió en las manos frías de la muerte,
mis orejas parecían elástico en sus manos;
todo por ser como una piedra lanzada al río.
 
Un día después de ayer en el tiempo: 
mis zapatos eran de piel contra las espinas, 
los ojos sólo atisbaban el color del juego de video;
mientras mi alma disfrutaba de la sombra negativa,
el sombrero de mi abuelo cosechaba en la milpa.
¡Ah qué tiempos aquellos! ─Yo y Tú...─.

Un día después de ayer en el tiempo:
los faroles se encienden en la falda de la poesía,
alumbrando la conciencia del vate ayer niño,
sacudiendo el polvo del petate adolescente;
sin embargo, todavía los cigarros se regalan,
y los héroes los toman como agua de manantial.

martes, 20 de noviembre de 2012

Infiernos


Teñidos los valles con tanta sangre derramada, 
oscuras alas guardadas en la tumba del averno,
azacuanes vomitando en el vértigo del navío, 
sogas apretando fuerte los cuellos del cántaro. 
 
Cinturones de fuego alrededor de la lengua, 
almas sin tregua pespuntando maicillo, 
lenguas a oscuras en el silencio de la mesa, 
pieles con lupus en la ventana de la espera. 
 
Harapos desnudos bajo el puente del olvido, 
hojarascas casi en llamas doblando la esquina, 
clavos en el neumático del vate de hielo, 
abejas clavando su aguijón en el obrero.
 
Los segundos son balas al corazón,
los peldaños, acantilados de lodo;
extrañas herrumbres que vienen de las cloacas, 
causando vómitos a los entes sin sábanas.
 
Usted y yo, respirando azufre cada segundo que pasa; 
pero nos unimos en la cuerda floja y caminamos por ella;
somos una flota de piratas blancos esquivando cañones, 
esperando el momento para hundir la Atlántida nuevamente. 

lunes, 19 de noviembre de 2012

domingo, 18 de noviembre de 2012

Sin prestigio


Sólo el zapato suena en los nidos de las hormigas
y seguimos como obreros en el mundillo de la metáfora.

Austeridad


Tiene más significado el morder el habano de las letras 
y también sacar de las colillas el humo de tus piernas.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Cuéntame Musa


Si el jeroglífico de Troya en los muros, era igual a éste; dime si la guerra de la Ilíada que se vivió, era igual a ésta; cuéntame si la Odisea era como las parodias que vivimos hoy en día o si Eneida era como el holocausto de los cafetales. Dime si la vida de Aquiles es como la mía o si los dioses sacudían con enojo al orbe sin mesura. A leguas noto la historia entre tus senos, las cuerdas de tus vellos sonándole al caído, las uñas rasgando el corazón de los vates busca democracia y algunos bebiendo de tus pezones; ¡cuéntame Musa!, si los derechos son los mismos, si a la mujer se le respeta como antes o si el hombre se parece a los semidioses. Ahora pienso en las tumbas que aparecieron de la nada, sonsacando espectros del otro lado del espejo, causando vértigo en los ojos de los árboles y merodeando en las raíces de las flores mustias. A veces pienso en lo que estoy pensando y luego olvido lo que pienso, ya que no todas las veces los pensamientos se vuelven práctica continua. Cuando las lágrimas se convierten en centellas fluorescentes, a diario los caminos se llenan de rosas encabronadas, pidiendo tierras a sus padres o figurando que tienen el dominio del mundo. Ah Musa del vate, tienes muchas dudas en tus axilas, muchas inspiraciones de conciencia en cada parte de tu maravilloso cuerpo; cada cabello, una carretera por donde transitamos los vates; cada labio, en donde reposan los nuestros; cada nalga, en donde nos adentramos con sigilo. El texto que hoy escribo, es una pregunta más y una respuesta menos; sin embargo, siento muchos signos de interrogación en el pecho: sangrando a borbotones, ametrallando mis venas, golpeando a trallazos mi piel; sé que algún día moriré, pero dejaré muchas respuestas a las preguntas que nunca acaban. Seguramente veré en aquel lago a Homero y a Virgilio dormidos en el regazo de sus musas.            

jueves, 15 de noviembre de 2012

Tú, telaraña en mis manos


Enredando tus vellos con los míos en este vaivén de pinos,
sacudiendo escombros con el harapo de los poros; 
olvidándonos de que realmente somos realismo, 
sabiendo que las lágrimas que llueven son pura misericordia,
y que los girasoles sólo nos adornan nuestro aposento.
 
Algunas veces los jeroglíficos tratan de asustar a los andenes,
el plomo trata de intimidar a las tortugas de la vigilia 
o los azules escupen con sus macanas en la cabeza de la huelga. 
 
Tornillos y tuercas faltan en los transeúntes robots,
ya que la unidad central de procesamiento se ha apagado;
dejando atrás a los adoquines y pavimentando las calles 
con el incienso diezmal de las palabras con espinas. 
 
Tú y yo, nos encontramos como gomas de mascar, 
pegándonos en el zapato de los espectros, 
causando vértigo a los terremotos de números y letras;
estos que adornan los muros del cementerio, 
advirtiendo muerte a la orilla del camino. 
 
Ambos fingimos reír cuando nos cuentan un chiste, 
pero en nuestro interior sabemos que no es tiempo de reír, 
sino de levantar la motosierra y talar la mala hierba; 
sin embargo, solos no podemos con esta lucha, 
tenemos que buscar más arañas que pespunten
en este mundillo pobre de las letras de cartón.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Más allá del espejo


Te vi sufriendo en los peldaños de la flecha, agarrando tinieblas con la palma de tus manos, atisbando trenes que viajan a lo mojado; te vi sonriendo en la penumbra de tus venas del opio, agarrando sapos voladores con el pelo enredado de la hojarasca, pintando lirios con el color de tus labios. ─Yo, mirándote y lamiendo versos en el taburete carcomido por la herrumbre del tiempo, sacando cristales de tus ojos y enrollando la lengua para sostener el sabor de aquella adicción y luego vencerla con la luz del cofre. Llueve desde el adentro de tu ser, pero pronto vendrá la calma y exigirá un nuevo pulmón para respirar dentro de los laureles que gimen a la orilla de tu vértigo. El llanto de tu nido no se hace esperar, ha estado sollozando desde el primer día en que vos comenzaste a ver topos con anteojos, tu figura se ha disminuido y los vientos que azotaban tu casa se han vuelto huracanes; los torbellinos se avecinan sino pones un alto a esta tormenta, tormenta que yace perjudicando desde el interior de la cama mortuoria. Los lápices se han vuelto inverosímiles para ti y los borradores un montón de escombros que sólo sirven para las pizarras; sigues inventariando problemas en la bodega del cerebro, sientes que tu disco duro ya no tiene capacidad para guardar lucha en su interior; ambos sabemos que las cigarras fueron holgazanas, pero luego proyectaron lo que las hormigas hacían a diario; esto las convirtió en grandes trabajadoras no obreras, buscando el bien común en las columnas celestiales y derramando lágrimas de orgullo al ver a sus descendientes como río con cauce claro.         

martes, 13 de noviembre de 2012

Bienvenidos a mi circo


El trapecista comienza su acto mortal, fuera de la cortina de la pantalla del televisor en desgracia, las bailarinas se visten de gala y cantan "alegría"; los payasos dibujan sonrisas en su sien y ocultan la tristeza en el portal del sueño. En este acto se prepara el cañón para lanzar al gallo y dar en el blanco del holgazán de la silla dorada; aquí las sílabas no tienen métrica, aquí los tabancos se prestan, aquí los pensamientos se convierten en palomas, aquí las águilas tienen pies, aquí el fuego se siente en los labios; comienzo a ver con mi ojo derecho a los guijarros que caen en la cubeta con agua, que salen a flote sin ningún rasguño; dentro de mi circo: los animales porcinos no existen, solamente las personas que tienen una presencia que no se nota, sino una ausencia que se recuerda. Todas las hormigas tienden a trabajar y se ganan el pan con el sudor de sus nalgas; aquí el topo atisba de día y hace faenas de vigía a plena luz del Sol. Como usted y yo hemos descubierto: cada verso que se lee en un libro, cada prosa, cada historia, cada poema, cada letra, cada página; es un nuevo comienzo y un nuevo amanecer en las catacumbas por donde transitamos los vates, cargando nuestras osamentas en la columna vertebral de nuestros cuadernos, sacándole las castañas del fuego al leviatán, estorbando como peñasco al carruaje imperial, escupiendo en el barril del petróleo que nos venden como oro y que luego termina como destrucción masiva en los sacos de aire de nuestros cuerpos. Ah, ¿qué pasará cuando nuestros oídos atisben y cuando nuestros ojos escuchen lo imprescindible? o ¿cuándo nuestras fosas nasales hablen y nuestra boca huela a tanto libro expectante?     

lunes, 12 de noviembre de 2012

Noche de lunas en el estiaje


Las acequias discuten en medio de los roquedales del estío, saben que las lunas están vestidas con las lágrimas del ciego; se visten de iguanas para soportar al Sol en sus escamas, desvisten a los osos polares para soportar la escarcha del frente frío que viene del cierzo y de los vendavales de las nalgas de la Tierra; ─Frente a mí, la oquedad de la musa que devenga un sueldo injusto; cada hemisferio y cada polo, sufre ante la potencia más grande del orbe, las llamas se hacen más fuertes y las cenizas causan bronquitis a las médulas espinales que deambulan entre las zarzas pétreas de los adoquines. Una vez más solloza el vate en su papel acolchado, uniendo fuerzas con las musas y sacando el pecho por los problemas abismales que azotan nuestra corteza terrestre. Aquí en el orbe los ogros existen, aquí las rosas no tienen olor y a menudo las espinas se vuelven mortales. En casi todo el mundo el patrimonio es: el plomo, el smog, el hierro, los desechos de las fábricas, los injustos tratos por parte del patrono, las sequías que se viven en África y pronto en los países que se hacen llamar desarrollados...; seguramente los mendigos (dueños de las calles), en un futuro no muy lejano, sean más ricos, que los ricos que se hartan en el plato de plata; acertadamente los celulares que se venden más que un libro, serán los que gobiernen desde el fondo del barco hundido; ese barco fantasma que se acerca con sigilo desde el otro lado del universo, acompañado por los espectros que lucharon por una equidad predeterminada por el Dios de grandeza.       

domingo, 11 de noviembre de 2012

El viajero de la barcaza


Para: Noé Portillo Pérez

Como cisne voló sobre las aguas mojadas, tirando de las cadenas del tranvía, buscando una respuesta a las preguntas; encontrando muchas en el cofre de jade. Junto a la barcaza incesante se ha logrado cruzar el mar en andamios, construyendo un futuro plasmado en las manos de Dios; ni los huracanes, ni los remolinos, ni las avalanchas, han podido detener a este viajero con corazón de hiena; su fuerza de fe es más grande y eso lo ha llevado a obtener dos tesoros que valen más que todo el oro del universo. Junto a él, la barcaza que no lo deja hundirse en el majestuoso mar de las ninfas, ya que el amor que necesita yace en cada poro de su madera; aquí es donde se proclama todos para uno y uno para todos "como los Tres mosqueteros"; estos que luchan por salir adelante y vencer a la obscuridad con la certidumbre del cielo. Cada oleaje que transportó a nuestro viajero hacia un mundo en donde las lámparas son de mercurio, han sido recuerdos de un País en donde sus raíces se hicieron maduras, un País que le dio un colchón para sus errores, un País en donde las guerras siguen constantemente, devorando en silencio a los que no quieren luchar. Ahora usted y yo, amigos cibernéticos, pero amigos de verdad, amigos porque así lo quiso Dios; y si él dispone, disfrutaremos de un buen café y una cuantas pupusas de Olocuilta. Ah viajero sin perlas, sólo te acompaña la barcaza vestida de blanco y los dos tesoros encontrados en la isla del seno; Dios bendiga sus vidas y los llene de humildes descansos.      

sábado, 10 de noviembre de 2012

Entremés


A menudo me desangro junto a los zapatos rotos, 
tirando monedas en el vaso de durapax, 
sacando del bolsillo el diezmo que ayuda en las calles; 
de estorbo sirven las chaquetas y todo el oro;
en nuestro País, todo humilde pide en las calles,
pero no roba el dinero maldito.
En cada momento se iza un harapo de paz,
a cada momento se canta el Himno Nacional, 
a cada momento se reza la Oración a la Bandera, 
pero estas mareas no llevan nada en sus sábanas;
somos nada más una ilusión de nuestra lengua,
pero usted y yo somos la marea matutina que no olvida.
Aquí el espectro vive bajo el techo de la herrumbre,
mientras aquel goza en el motel de la esquina;
esto es una historia que no tiene un final feliz,
lo malgastado se va por las entrañas de la vagina;
infiernos tras infiernos en la pupila del cieno.
Llovía cuando el cuerpo tiritaba y los versos 
surgían de los escombros de la escarcha;
obviamente el que sufre, no sufre, sino que sólo
atisba a sus semejantes y se ríe de la poca solidaridad.
Este orbe está lleno de bastantes negocios, 
pero ninguno trata de eliminar la pobreza,
sólo buscan sacar provecho y enriquecerse porcinamente
hasta explotar como una bomba atómica mezquina.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Velo nocturno II


Abriendo: las ventanas del velo nocturno, la puerta de la dimensión paralela, el corazón hacia otro nivel, las entrañas de las luciérnagas que pululan entre las flores nocturnales; abriendo la noche con las manos ininterrumpidas, brillando con lucidez en el nacer del Sol; hoy, es el día póstumo de la conversión de los números, es el día en que los relojes se detienen, para solventar los problemas que ayer fueron como estacas en el corazón de nuestra dama. El cierzo que entraba por la ventana del ático se ha convertido en vendaval, los vientos cambian su ruta y la hojarasca goza del estío; mientras el búho observa oculto desde los breñales del valle, el Sol se ríe de la noche y le hace cosquillas en los pies, a esta que estaba casi muerta en las catacumbas del olvido; una nueva vida nace de los escombros y nace con orgullo el yelmo; entre tanto, los teñidos árboles danzan al son de la ventisca que trae tordos y carboneros, tocando ópera con sus picos destemplados por los transgénicos. El vestido deshilado se ha convertido en uno muy blanco y bordado en seda; gota tras gota fue derramada, pero todo este torrente fue necesario para poder construir un río que la llevó al Niágara y luego al poderoso mar; despertando de un largo letargo, que permanecía oculto como bacteria en los intestinos. No hay corrupción que valga cuando la conciencia es más grande que el mundo, hay oportunidades que a veces son negativas y hay que dejarlas que pasen de largo.        

jueves, 8 de noviembre de 2012

Velo nocturno I


Como cisne de pesadillas fue la noche en que el velo blanco se convirtió en tinieblas, sólo los pétalos del ramo se veían en el estupor del silencio. Frente al fetiche aquella estaba: buscándole dos colas al gato, fingiendo que llegaría hacia ella, aquello por lo que había luchado tanto tiempo; pero no fue así, lo que tanto esperaba nunca llegó a su destino, sus lágrimas se convirtieron en copos de nieve ardientes, sus manos delicadas en garras de lobo asesino, sus nalgas en un colchón de púas sin placer, su vestido en un racimo de añicos deshilados. Es así, en donde la vida nos juega una mala jugada, por no saber cómo jugar; sin embargo, sabemos que después de una tormenta pesada, viene una calma de ovejas; que después de un trallazo, viene el sabor dulce de las mieles de la garantía. Como un colibrí hay que volar y seguir volando para no tocar la tierra putrefacta de los negros cisnes, no hay que contaminarnos con tanto consumismo, hay que tratar de destruir cada fragmento de la mazmorra de escarcha, para fluir como río y convertirnos en cascadas del Niágara. El velo nocturno se ha mostrado en los labios de la gótica doncella, disminuyendo su karma y aumentando la ira de los espejos; sofocando al laúd y penetrando en la herrumbre más mohosa del barco fantasma; ese barco que fue el medio de transporte para aquel espectro que se fue sin aviso de este mundo, sacrificando todo el amor congelado en el fuego del abismo del tártaro. Como el cierzo que entra en las ventanas del ático, ahora espera el siguiente paso...       

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Pedazos de cielo


Pedazos de cielo caen como espadas en la cama del ente:
despertando lágrimas en la falda de la montaña,
sacudiendo el polvo inerte de los harapos sin comida,
abriendo agujeros en los poros del descubierto.
 
Sólo la austeridad puede con todo el filo del hierro,
sólo la lucha puede con la guerra que se vive con sigilo,
sólo el poder de Dios puede con las sábanas ardientes; 
armas que han logrado causar conciencia en algunos.
 
Amenazante carroña que viene de los escombros fríos,
saltando como liebre entre los muertos ambulantes; 
aquí, se oculta la sombra en la sombra de la retina,
y se dan programas que concientizan el bolsillo. 

Agudos sonidos que vienen del medio ambiente,
gimiendo como muchacha preñada, soltando
su último jadeo en el micrófono del infierno.
─Frente a mí, la guerra pasiva más que las otras guerras. 
 
Destemplados trenes que apenas se escuchan en 
el valle de los duendes, alejándose como águila en vuelo;
tocando la última sonata para no volver nunca jamás
a las tierras de pollos de engorde y cerdos sin cerco.

martes, 6 de noviembre de 2012

Versos de medianoche


I
Dudo cuando las esporas del vello se vierten 
en la marea nocturna de los espasmos.

II
Aunque a veces cedo lágrimas cuando el pubis 
se convierte en dos montañas de escombros.

III
No sé, si la rutina rompe las neuronas 
que piensan en el sinsabor de la vida.

IV
Aunque a veces lo único que agita los poros
son los vendavales nasales de nuestros volcanes.

V
Pero, ¿qué pasa cuando las flores entregan su néctar?
Tú me dirás, que lo hacen por satisfacer su calentura.

VI
Sin embargo, las dalias desean permanecer sin olor
en medio de tantas rosas que se entregan en perfume. 

VII
Todo es caliciforme en la noche de lunas embriagadas,
todas terminan siendo sábanas de andenes sin dueño.

VIII
El número comienza a darse después de la madrugada,
ablandando con trallazos a la retina fingida de la dama.

IX
No es fácil conseguir una faena sin riesgos en su núcleo,
la mirada de las lechuzas es más fría cuando amanece.

X
Recuerdo que el blues que sonaba en la taberna 
del perdido, era como una sonata infernal del tabanco.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Exorcismo


Íncubos y súcubos caminan sin sigilo,
como si nada en el puente de este extraño orbe: 
rellenando las neuronas faltantes en el comal del espejo; 
en ese momento cualquier basura tiene más significado 
que aquel que se hace llamar persona culta y responsable; 
hasta un posible polvo que penetra en la fosas nasales del libro, 
sabe que encontrará la medicina para su malestar fraudulento.
Como tributo a las gaitas de Escocia, evado el sonar
del petardo lleno de osamentas que pulula sobre las letrinas 
en donde hemos vivido por muchos años; a veces quisiera 
exorcizar a cada cohete que quiere elevarse y destruirse
vacilando a las retinas que amenizan su jolgorio ante la multitud.
Las llamas parecen ser escasas en estos tiempos, ya nadie cree 
en el demonio; sin embargo, el espíritu sabe que algunos de nosotros
los poseemos en la carne de cacao, tratando de adueñarnos 
de pedazos de cieno podrido que nos han dejado las fábricas no muertas. 
Tal vez, este día sea como una ventisca profunda: que lleva pedazos 
de platos en cada vagón de su átomo, tórtolas en forma de brujas 
que buscan un perol para hacer sus hechizos malditos ante el cerdo. 
Pero todo esto es inevitable, ya que nadie sabe para qué es realmente la vida, 
los únicos que saben cómo sacarle provecho, son los animales.
Cuando platico conmigo mismo, escupo a las estrellas diabólicas,
para que se evapore cada sufrimiento del niño que se vende
como mercancía en los muelles del maldito opio; 
sacando a los malnacidos demonios de la faz del universo.     

domingo, 4 de noviembre de 2012

Entre los féretros y la pared


Sospecho que los ataúdes nunca han sido de madera, sino de tierra coagulada; llevando consigo espectros agusanados y tristes por haber caído en las garras de los grafitis de plomo. Han sido estos capaces de traer del pasado a la herrumbre sin lastima, al hollín con escrúpulos, al zapato sin horma, al esqueleto sin cabeza, a las lámparas sin luz, a los sapos sin lengua. Cada vez que el espectáculo de juegos artificiales comienza: la laguna de sangre comienza a llenarse de espantapájaros, el águila observa desde el cielo a los sacrilegios provocados entre hermanos; estos que pelean tierras que nunca han sido de ellos, estos que se matan a mansalva entre los matorrales por el cerdo oro. Siempre ocultos entre la llama del incendio: estamos nosotros tratando de vencer al núcleo del fuego ardiente, echándole agua lírica al infierno del realismo, sacando fuerzas extrañas del trono inmortal, tratando de llevar a cabo el apocalipsis blanco. ─Yo, me encuentro entre los féretros y la pared; afilando la espada para luchar en contra de los espíritus ambulantes que buscan venganza en el mundo real. Sin embargo, a veces me parece extraño cuando alguien se vuelve un héroe, todos tratan de quitarle el ego y eso es correcto; porque un héroe con ego, es un costal de huesos sin calcio, que nunca ganará una batalla, si él no gana antes la suya. Todo esto fluye del río al mar cuando la tierra ya no soporta tanta putrefacción en su corazón de Gaia, después los peces sufren ingiriendo todos los malos pensamientos de los caídos, llevando consigo estos problemas al pescador y luego al consumidor.    

sábado, 3 de noviembre de 2012

Soneto al sapo


Salto, salto, salto, salto... bien alto,
y los gatos no se detienen en barrancos;
salto y salto, y no hay remedio que el cobalto,
para poder comprar en los humildes tabancos.

En el fango pantanoso salto bien alto

y los zancudos se vuelven mancos;
mientras la rana se ayuda sola en su parto,
el candil con su ego alumbra en los cuartos.

Veo a través de lo oscuro del orbe,
ningún insecto me tomará por torpe;
a mis enemigos les entrego leche en vez de enojo.

Salto a pies descalzos como el pobre,
pero eso no quita el ser parte del orbe;
hoy me alejo de ti, sin despojo.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Musas individuales


Cada musa toca una melodía distinta para el tímpano
oyente: abriendo ondas en el camino del cauce, 
ajustando las cuerdas con una certidumbre inmensa,
ardiendo en ópera dentro del palpitante corazón 
del Quijote vence molinos, invitando a Dulcinea del Toboso 
a acoger en su regazo a los hombres que respetan la equidad,
esta equidad que a diario nos envuelve con su filosofía,
encontrando paz y armonía en el diario vivir de nuestros espejos.
Las campánulas merodean en la horma del zapato del transeúnte,
que busca una piedra para esculpirla con el cincel de la lágrima;
a menudo la primavera se vuelve estío en el Sol naciente, 
además el invierno se vuelve otoño en la Luna menguante; 
estaciones del año que se reúnen en el núcleo de la neurona,
encendiendo las velas de cada una de las arterias que llevan la sangre 
del cerebro a los dedos, transformando cada borbotón en versos 
corredizos, que masturban la pupila del ciego ensimismado.
¡Hay de ti musa pérdida!, que no encuentras al vate dispuesto,
éste perdiéndose la oportunidad de convertir tus canciones 
en un placer más; tinta que se derrama en las sábanas de la hoja,
convirtiendo tu hermosa conciencia en un salvajismo infernal. 
A veces escondido en los senos de las ninfas, me encuentro 
conmigo mismo, reflejando mis torpezas en el espejo del insomnio;
pero esto nos sirve a ti y a mí, para volvernos capaces de vivir 
en los muros de la muerte, sin sangrar de las rodillas, sin soltar ni 
una gota de lágrima pétrea, para que el capitalismo no nos destruya,
ni nos ponga el harapo del grillete.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Poesía en 3D


Ratos en que los pájaros se convierten en robots cibernéticos navegando en los chips del cerebelo, encendiendo la llama del raciocinio en la cocina de adobe que yace en la página web del blog, encontrando delfines e infinidad de algoritmos que me ayudan a continuar con la instrucción meditada. A veces toco la ocarina del internet y busco en cada agujero por donde sale el aire de los pulmones: una ficha de ajedrez que pueda darle jaque mate a algún problema cotidiano, una luz con velocidad para transportarme en el tiempo y buscar al inventor de la poesía; esto para poder encontrar más versos que dibujar en el cuaderno insepulto de la orilla del vértigo, sacando provecho de este mundillo que adorna nada más las hojas del cuaderno y que tal vez se engulle como caramelo en el paladar del transeúnte. Torpemente los tornillos faltantes de los guijarros, se entregan a la herrumbre que ocasiona sarcasmo e ironía al penetrar en el núcleo de su átomo; sin embargo, el moho huye de la lija que estremece a los hierros, huye porque no tiene donde esconderse de los rayos láser que aportan los que navegamos en este mar de letras certeras. Siempre en los caminos me encuentro con coches que rebasan al tolerante conductor de su Volkswagen, ellos esperan, mientras aquel sacude el poste con su cuerpo, dejando sus entrañas en el pavimento cimentado en este orbe. Con orgullo porto la camisa de mi querido El Salvador, que cubre con alegría mi cuerpo cibernético, dejando al ego tirado en el suelo como harapo cenagoso.