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lunes, 29 de septiembre de 2014

La primer herida del bronce

Toque de campanas de Manuel Díez

¿Qué duende puede quitarnos la campana de encima?
¿Cuántas baldosas han sido manchadas con sanguaza?
Aquí, se dio el primer grito de la dependencia, el primer resuello,
la primer fatiga que descubrió al consumismo y al feudalismo.
─Ya no hay flores, pero si hay niñas con puerperio, niñas sin vergeles. 
En el sendero, no hay más que un puñado de trenes y cenizas,
trenes que sin duda son ergástulas, cenizas que sin duda son almas que ululan.
(En el toque de campanas, se balancea la huella, se balancea el marasmo;
y en las carcajadas del tiempo, el campo, una necrópolis de musgo.)
Cada vez que camino entre páramos, la duda me asedia, los laureles me huyen;
¿acaso soy un ente volátil, que al sobrevolar, hace arder las hojas del silencio?
─Cada quien paga el precio, cada quien porta su Bolsa de Retortijones.
A media luz, la túnica vuelve a tocar el bronce, los muertos se vuelven inquietos,
la canasta sufre dolores de parto, mientras la matrona asiste a la Patria.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Tanka


Velo y gitana,
una mezcla imprudente
para los peces;
pero es la única forma
de admirar para siempre.

sábado, 27 de septiembre de 2014

viernes, 26 de septiembre de 2014

Marioneta


El niño abre sus ojos
y tal es el asombro
al ver a una liebre
herida por el polvo.

De su cuerpo salían hilos,
de sus ojos el mar brotaba.

El niño lo toma con cuidado
y le limpia la tristeza con un trapo.

Ahora el conejo brinca alegre
y actúa como hace años;
(pero su mayor satisfacción
es brindarle amistad
a aquel niño sin hogar.)

jueves, 25 de septiembre de 2014

A cada letra un cadáver


De todo lo inasible: el hijillo se desliza por la pluma.
De todas estas cosas de granito y bronce,
la escarcha y el cordón umbilical del crepúsculo;
nada es nuevo en este cubículo de alcantarillas,
nada es tan maravilloso como despertar vacío, 
nada es tan brutal como este oficio de la escritura,
nada, nada es como la morgue que cargamos junto al rocío.
(¿Lo sabías? Sí, mas no tengo título de hiena, ni diploma de buitre.)
Aquí estás, frente a esta sangre negra, sangre sin diferencias,
sangre que en el alfabeto se torna tuerca para la asfixia.
─Salto de un nenúfar a otro, mi alma se hunde y mi cuerpo flota,
como aquel globo de helio que lleva todas mis utopías de niño.
Ahora es personal, es una migaja de veneno, una hoja de truenos,
una nube que viaja a la velocidad de la venganza, sobre las piedras.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Insomnio


(El fuego arde en las páginas del itinerario.)
Se abre y se cierra el pergamino de las horas.
¿Habrá pasión en los labios del polvo?
Quizá algún día me enseñes todo sobre la ceniza
y deambules en el borde de mis copas en desuso.
Voltea, vos sabes que necesito de ti, estas en cada hueco de mi alma.
A trasluz, voy, como aquel murciélago buscando entre sanguaza,
esa verdad por la que muchos han inmolado su existencia, 
esa puerta por donde los pelicanos entran y salen;
esa señal, ese símbolo, esa caricia, esa mortaja, ese perfume,
ese pubis en donde anida la ilusión y las memorias del viaje.

Hay tantos cadáveres que estorban el paso del tranvía;
qué puedo hacer, si hasta mi boca está llena de espectros,
llena de sombras, llena de discursos escritos bajo la lluvia.
Ya nada nos queda en este diario estampado por el erebo.
¿Qué nos puede salvar ahora, ahora que la muerte tiene rostro
y tiene un espacio entre las sábanas de la ternura
para demoler el asombro que a todos nos falta?
Hoy, me niego a dormir mientras la Luna me dé la espalda.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Despatriotismo


Ardiente cielo, tierra baldía.
Viento sin alas, pájaros de polvo.
Árboles en ascuas, cenizas del mañana.
Barcos cóncavos, guijarros del olvido.
Flores marchitas, abejas sin faena.
Sombras de la noche, miedos sin aliento.
Muertos sin tumba, flores sin descanso.
Gritos en silencio, brújulas resquebrajadas.
Nubes plomizas, respiración suicida.
Gangrena del mundo, mares con flema.
Saludo a la Patria, canto de hipócrita.
Campos desnudos, pululan rastrojos.
Ruinas sin calma, cadáveres despiertos.
Ojos sin cauce, lágrimas decadentes.
Ríos majestuosos, entrañas de estiércol.
Niños sin sueños, asombro en desuso.
Navegantes sin rumbo, olas de angustia.
(Sandalias de carne, huellas de sangre.)
Justicia torcida, balanza embrujada.
Patria sagrada, soberbias alcantarillas.
Fronteras de zarza, cementerio de trenes.
Caras extraviadas, retratos sin horizonte.
Cosas, tristes cosas, por las cuales el unicornio... escribe.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Tanka


Un astillero
arrastro en mi reverso,
pero este obraje
tiene una gran fisura
que no tiene remedio.

sábado, 20 de septiembre de 2014

viernes, 19 de septiembre de 2014

Vuelta al universo


¿Quieres viajar lejos? ¿Muy, muy lejos?
¡Qué esperas!
Súbete a un libro y abróchate al viento.
Él te llevará hacia donde cantan las nubes,
hacia donde se zambullen las estrellas;
así aprenderás a viajar como los cometas
y a divertirte con mariposas espaciales.
¡Qué divertido es descubrir nuevos mundos,
nuevas lunas, estaciones mágicas del asombro!

(¿Te has preguntado si las estrellas duermen
o si a las rosas les duele tener tantas espinas?)
Pregúntale a un libro o pregúntale a tus sueños;
pregúntales, si aún eres niño, si aún eres un ángel.

jueves, 18 de septiembre de 2014

De cómo me encontré a mí mismo

En el fondo del hombre de Miguel Gil García

Yo, era un fósil con el que nadie quería encontrarse.
Mis pies estaban podridos, mi estómago era un pantano
y arrastraba un gran desierto en el fondo del hígado.
Era trémulo e irascible, que a diario me rompían la cara
y tenía por lecho la intemperie.

De vez en cuando platicaba con luciérnagas 
y las flores me repudiaban y escupían al pasar.
Todos los días, mi boca, un vertedero.

(Con los pesos que conseguía tu falta de vergüenza,
comprabas el vaso lleno de cuétanos
y lo compartías con el único amigo que tenías... el Diablo.)

Cuando ya era tiempo de retornar a casa,
mi hijo al verme llegar ocultaba su mirada entre la pena
y mi esposa corría a esconderse en el desván.

Hasta que un día, un pintor se acercó a mí y me dijo que quería pintarme, que no me iba a cobrar; no acepté y dijo que me pagaría, esa oferta no podía rechazarla y me paré frente a él. Después de dos horas, me dijo que me acercara a ver cómo había quedado, y enojado le dije: que ese no era yo, que yo no usaba corbata y tampoco saco; además ese hombre era demasiado elegante para ser yo. Entonces con una voz seria me dijo: que el hombre al que estaba viendo en la pintura, era yo, que lo único que tenía que hacer era encontrarme a mí mismo, porque estaba perdido. Ahora llévese la pintura y encuéntrese.

Al final me fui a casa. Sin embargo, al cabo de un año, mi rehabilitación estaba completa y tenía un negocio propio; todavía no podía creer en las palabras que me había dicho aquel pintor. Hoy me encuentro todos los días en la pintura, mi hijo me admira y está tan vivo y feliz como un arcoíris. Luego observo a mi esposa y me sonríe, como cuando el viento juguetea entre los árboles y le hace cosquillas a las hojas.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Repertorio de ventanas


El día llega como un bebé atormentado.
Se respira la fetidez del patíbulo en un sorbo de brebaje,
como si despertáramos para darle el buen día a la muerte.
Todavía no me acostumbro a este mundo de jeroglíficos
e islas de pesadumbre; ya he perdido mis ojos.
(En el ojo acurrucado del espejo, las patrañas y los desagües.
En el quieto muro del alfabeto, el frío que sangra a borbotones.)
De aquel susurro de trenes y espuma, sólo quedan los adioses, los caracoles,
los cadáveres que lloran vida, vitrales heridos por pájaros espectrales.
Debajo de mis lágrimas, siempre negra la oscuridad y gris el día,
intemperie que permanece inhóspita entre las fauces del cerrojo.
Hoy vi cómo bajo la hojarasca, se desangraba, esa cosa que llaman libertad.

martes, 16 de septiembre de 2014

Matriz del silencio


Soy el hálito, la voz de cada uno.
Me encuentro en las interrogaciones de la niebla,
en los vínculos del cisne; soy, la que conoce toda esquizofrenia.
─Eres la areola cubierta de tatuajes, la luz desnuda que baila,
gime, grita, cabalga sobre mi lápiz y besa las sombras entre mis dedos.
Soy el musgo, el caracol, sentencia de los lobos.
No me gusta divertirme, prefiero morir y sonreírle a las tumbas,
tal si fuera la Luna haciendo su acto circense a las estrellas.
─Eres el barro, la obsidiana de los búhos,
eres la que pone de manifiesto a las ergástulas,
al viento y sus pormenores; eres... la inevitable voz de la noche.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Samsara


¿A dónde voy
con estas manos crispadas,
con este petate casi marchito?

¿A dónde voy
con tantos rastrojos,
con esta ruina que consume?

¿A dónde voy
cuando los espectros aúllan
y su travesía me llora?

¿A dónde voy
con esta cruz sin manos,
con este precipicio en los bolsillos?

(¿A dónde vamos
cuando sobresale lo impalpable
y se extingue lo verosímil?)

─Nada más lo sabe el crepúsculo
y las mil manos de la ilusión.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Tanka


Seis meses ya
agazapado y loco,
oyendo el eco
y aún me encuentro vacío,
necesito tus pétalos.