martes, 27 de septiembre de 2016

Sueño de libertad


Mirad todo cuanto tose el jardín del desierto.
Los relojes se excitan, el cabello se inyecta a sí mismo el alba de hiedra.
Abajo el campanario, mueve a diestra y siniestra las sombras del silencio;
sacudíos, sacudíos todo cuanto os ha dicho el lobo polar.
Abrid las ventanas, atrapad el aire, chisporrotead como centella,
extended vuestras palabras cual gaviota sobre el mar de cristales agónicos.
Ella camina sobre los restos funerarios de un alambique destemplado.
Miradla, os envuelve con jade y obsidianas caídas del celeste olivo,
os envuelve como hijos, os nombra como elfos.

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