El cocodrilo gime,
el viento lleva heridas;
están tristes,
no conocen el paraíso.
La soledad en ellos trenza,
trenza, trenza la paciencia;
uno de ellos quiere volar,
el otro quiere besar la tierra.
¡Oye amiga! Diles que ya no sufran,
que hay un bello lugar donde nadie se extingue.
Es un lugar donde el luto no existe
y todos lloran,
mas las lágrimas se convierten en rosas.
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