La linterna se enciende. La noche apaga sus latidos.
En los árboles hay vértigos hablando de sí mismos,
hablando del cabello largo, de los donantes de tortura;
dentro del espejo hay un rostro cubierto de algas,
oculta de sí la imagen frente a él. Hoy crisantemos lloran,
ángeles ocultan sus alas en lo más profundo de un mendigo.
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