Alguna vez tuvo casa en algún sitio.
Viajó y viajó a través de puertas grandes y pequeñas.
(Guardaba en su bolsillo el sol de cada mañana.)
De su tejado el follaje parecía alejarse poco a poco,
el canto de los pájaros era para él tan oscuro,
tan oscuro que ocultaba su rostro de la vida.
Su aliento se fue arrugando como se arruga un papel cualquiera,
ahora busca el concepto de lágrima en el diccionario,
lo busca y lo busca, mas no encuentra ni luz, ni oscuridad que le responda.
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