Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien que esto no es un sueño. Mañana voy a morir y quisiera aliviar hoy mi alma.
Edgard Allan Poe.
Las armas que hoy devengan su sueldo; mucho más que un jurídico, no tienen miedo de morir de frío. Sin embargo, nosotros vivimos el día a día como gatos con miedo en la oscuridad. Los lagartos que atacan en la noche, no tienen ni la más remota idea de lo que les espera en su futuro. Las hojas otoñales caen y seguirán cayendo, pero la vida tiene un fin; un fin que es irremediable, irremediable porque para morir nacimos. ─Pero la verdad de todo esto, es que nadie tiene derecho de arrebatar los cristales de la vida, porque no somos un santo, un Dios; sino, que somos seres humanos en medio de animales, siendo estos un espejo del tiempo. Las fauces de la mortandad, han sido como los inviernos que han azotado las heridas de la tierra, acaeciendo muchos pensamientos sobre la razón de la vida en su plenitud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario