Me regalaron una gota de rocío.
Dentro de ella alguien jugaba
y se escondía entre la montaña.
¡Dime a qué juegas niña,
niña de etéreo andar musical!
Si no hay espacio en esta gota,
ni para que juegues a hilar;
dime, ¿qué haces bajo esa tierna hoja?
─¡Ssshhhh, silencio, que estoy escondida!
Por favor, no le cuente a nadie de mi familia,
porque ellos piensan que soy un barco a la deriva;
mas no se dan cuenta de que su hija,
incluso teniendo cáncer, sueña con ser igual que Frida.
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