Sólo cuando el atol rebalsa,
la orilla de la olla sufre envuelta en marejadas;
luego el insomnio baila ferozmente
y surge la furia como pétalos de espinas.
─Es de rara raza, la furia que renace en la mecha,
salvo cuando el taichí está de por medio,
el alma es como las nubes que deambulan
en la bola de cristal resquebrajada.
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