Ha nacido una niña
y se come por la espalda al mundo.
El viento le teme, se esconde tras la montaña;
el río corre, se oculta en el fondo del océano.
La niña recorre las calles como si no pasara nada,
corta el cuello de los pájaros y se ríe tan lento, tan
lento,
que hace reír hasta los fríos relojes. Ella se mira al
espejo,
peina su cabello con restos de sangre. ¿Quién es esa niña?
¿Quién le ha enseñado a ser patíbulo, a ser guillotina?
Niña tragedia, niña hecatombe, pronuncia tu nombre;
ya deja que las hojas lleguen al suelo
como siempre lo han hecho.
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