He muerto ya muchas veces.
Vivo en el pájaro. Bebo aguas negras en conos hechos de
silencio.
Bajo mi cama guardo muchos susurros, quejas, espejos rotos.
La lluvia nos espera al otro lado de la hojarasca:
caminamos sin caminar, llevamos a cuestas el color del eco,
aún la muerte nos sonríe con cierta luz iridiscente y
sombría.
Llámense espectros, fantasmas con alas de escarcha y pecho
de barro;
detrás de la memoria llueve como nunca ha llovido, he muerto ya muchas veces.
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