El color de la tristeza ha vuelto.
Su cabello ha crecido como el musgo entre mis ojos.
La vida se pasea entre las tumbas como la loca del muelle.
¡No siento el pálpito! Los escarabajos ya practican el llanto.
Incluso el viento se ha vuelto el beso más vil producido
bajo la indiferencia.
¡No encuentro la puerta! A puerta cerrada concluye el deseo y
el no deseo.
A puerta abierta inicia el viaje tan próximo como un pañuelo
al nirvana.
Comienzo a creer en el granito, en la resurrección de las
piedras;
mañana sabremos si la piedra fue removida o si creció mientras dormía.
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