Motivado por mi esquizofrenia
me embarqué en este viaje,
un viaje sin retorno ni balance que valga;
un mundo donde nadie baila
y cualquiera se muere de hambre;
un mundo de sal, sí, un mundo,
un mundo isla, mundo con páramos en cada glándula.
¡Es ahora o nunca! ─Me dije a mí mismo─.
Las escorias y el viento (que juntos matan) hundieron mi navío,
ahora solo sigo el sonido de las caracolas; soy un náufrago,
un prófugo de la justicia, un cazador de iniquidades;
sin embargo, ¿qué antiguas respuestas hay en esta arca?
Aún no lo sé, incluso escribo símbolos con mi saliva
y enhebro los granitos de ponzoña que horadan nuestros días.
(Después de ti, otro astillero lleno de fluctuaciones.)
Al fin y al cabo, la conformidad nunca fue alborada,
sino un atardecer vestido de hipócrita hasta la coronilla.
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