Por entre los cardos va el relámpago,
lleva su lengua cubierta de espinas
y en su cabello gritan con estruendo las cigarras.
(Teje lucecitas de colores y trapos de cristal para los grises.)
Sucede que a veces es un corcel brillante, un pez vehemente
y que le tiene asco al discurso podrido de los moscardones.
─Odia el despotismo en sus distintas formas.
Derrocó a Apolo y echó del Olimpo a Zeus,
escupió a los infiernos donde Hades gobernaba
y derramó güistes en los campos aparentemente elíseos.
Éste relámpago, es odiado por anémonas
y perseguido por los truenos de lo inicuo;
sin embargo, no desiste en sembrar iridiscencia
en los páramos donde usted ha dejado su huella.
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