Soy el hálito, la voz de cada uno.
Me encuentro en las interrogaciones de la niebla,
en los vínculos del cisne; soy, la que conoce toda esquizofrenia.
─Eres la areola cubierta de tatuajes, la luz desnuda que baila,
gime, grita, cabalga sobre mi lápiz y besa las sombras entre mis dedos.
Soy el musgo, el caracol, sentencia de los lobos.
No me gusta divertirme, prefiero morir y sonreírle a las tumbas,
tal si fuera la Luna haciendo su acto circense a las estrellas.
─Eres el barro, la obsidiana de los búhos,
eres la que pone de manifiesto a las ergástulas,
al viento y sus pormenores; eres... la inevitable voz de la noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario