Niño.
Cuando escuches a una flor hablarte,
ponle mucha atención;
ella no quiere que cortes su belleza,
solo anhela que ames el silencio.
Niño.
Cuando vayas por el campo
y conozcas al fin la oquedad,
no te ahogues en llanto
y mejor toca el arpa para él.
Niño.
Cuando veas a un pájaro caer,
observa a las hojas de aquel cedro;
también caen, pero ellas saben
que el viento les ayudará a elevarse.
Niño.
Cuando sepas que las estrellas mueren,
no te pongas mustio; sigue, eleva tu cometa
y envíale un recado al Arca de la Vida.
Niño.
Recoge cada pedazo de polvo
y guárdalo en tu mochila,
luego en la escuela
te darás cuenta de que la vida
también se escribe mientras se aprende.
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