¿Qué somos nosotros?
¿Acaso un río por el cual las garzas recogen nuestra sangre
o somos un espejo roto a la espera de una tormenta de arena?
La borrasca ruge y nuestro cabello se inclina como barco en
naufragio.
A diario pisamos hormigas, la antropofagia nos gobierna, nos
alimenta,
con cada plato nos sentimos más nosotros mismos, ¿quiénes
somos?
Ni siquiera conocemos lo que es un buen crepúsculo, las
nubes nos lo ocultan,
los ciegos nos hacen ver y sin embargo no queremos ver
nuestro reflejo.
Somos una montaña de esqueletos, un cementerio urgido de más
piezas picadas,
un reloj sin agujas, una bandera sin alegoría. Mañana se hará la misma digresión.
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