¡El minotauro tiene una duda!
Observa la sangre que da brillo al corredor,
aunque prefiere atisbar el sudor colado en los ojos del
viento.
Él observa, la noche le rechaza; la noche ha vendido su negrura,
un muro se levanta de lo alto del vacío; por
cierto, ¿cuál es su duda?
¿Podrá ser el color doloroso de las horas o los soles colgados del puente dormido?
Lo demás ya lo sabemos. Una alondra abriga un pedazo de hielo bajo sus alas.
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