Una vez más, el camino es trazado, dentro de él,
las huellas de las abejas, las carreteras hacia
el laberinto de flores; dirección y distancia,
néctar de flores en punto para la producción de miel.
Como la sierpe en su medición, la métrica,
métrica de palabras y pechos sin congoja;
agudos muslos de abejas, viajando,
viajando a kilómetros por hora, destrozando huracanes,
miles de abejas, digo miles, porque el mundillo
parece Pulgarcito; pero somos: ¡una sociedad libre!
Ondulatoria la ventisca en los barrios,
tejados de gatos chismosos, ¡enterradores!;
sin embargo, peleamos contra los osos políticos
y encendemos la antorcha de la democracia;
el día se acerca pespuntando por el levante,
¡la miel está puesta en la mesa, tómala!
─Succiona el silencio y el néctar del clítoris de las Camelias.
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