Cara A:
Yo, no soy nadie, no he grabado en vinilo,
tampoco sé caminar como cocodrilo;
utilizo mis pies para volar y mis manos
para escribir y morir por los gitanos.
Sé escribir en el pubis de las hojas,
pero respeto el lecho de las rosas rojas;
en el camino, he visto muchos suicidios,
¿por qué?, por los nuevos genocidios.
Hoy, he partido en dos al Sol,
sus dos mitades las guardé en mi bolsón;
configuré a mi tocadiscos antiguo,
para que trocara todo lo ambiguo.
Cara B:
Extraño el sonido de las carretas,
el reír de las hojas por las chancletas;
he olvidado como ruge el tren anciano,
sólo escucho resonar al gato marciano.
Vías férreas de pavimento y lodo,
asustadas y descuidadas por el codo;
en la esquina, los vates malabaristas,
jugando a ser guerreros y no turistas.
He visto a borrachos leyendo
y sobrios sólo cogiendo,
cogiendo revistas pornográficas,
agravando las cifras de las gráficas.
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