¿Quién podrá asir el beso de la rosa negra?
¿A qué rumor se acerca la vida al chocar contra el mal?
Hay pájaros sonámbulos en las pestañas de los ixcanales.
Un día de estos los burdeles estarán llenos de violines y
lágrimas fruncidas;
la odisea comienza al escuchar el viento llorar como alguien
que agoniza.
¡Cuánto odio recorre las plumas de las guacalchías!
Nadie está seguro en su sótano. Una vez cabalgué como Don
Quijote,
peleé contra molinos de viento y rescaté a Dulcinea del
resuello que la acechaba.
Solo puedo encumbrar mi dolor para alcanzar la herida de un
cielo sin cielo,
solo puedo llamarte a ti y arrancar un poco de luz para mis digresiones.
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