Dudo que la base de estos animales sea buena,
comienzo a pensar que los tentáculos no son bellos,
tengo la impresión de que se aprovechan y exprimen;
se colocan en tierra pobre para sacar provecho,
niego la posibilidad de sobrevivencia ante estas esporas
que explotan a quienes se cruzan en esa marea baja.
Sé que son como la hierba mala que nunca muere,
que desuellan a la planta desde raíz y no la dejan crecer;
que se extiende como virus dentro de las vísceras,
vísceras que son humildemente transeúntes con derecho,
derecho a vivir libres en el cielo que brilla en alta mar.
─No sé, si la velocidad en la que me transporto es la correcta─.
Leve pensamiento que daña los cristales mal colocados,
envuelvo al cisne que pasa sobre las anémonas frías,
ya que hay que salvarle antes que el silencio lo mate,
antes que la anémona le saque el jugo de sus plumas,
antes que esos tentáculos presionen el corazón blanco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario