Mi sombra se baña,
mide la ligereza del río
y cuando beben los pajarillos
toca sus plumas con sigilo.
¡Ah qué sombra más juguetona!
Corre como nadie por encima del río
y trenza los cabellos de la Luna,
mientras admira de cerca su brillo.
Mi sombra duerme por costumbre
en la punta de un árbol de suspiro,
donde hace idónea compañía
a los pajaritos de un nido envejecido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario