Érase una vez, no hace mucho tiempo...
Una sonrisa tan frágil como un alhelí,
una sonrisa, la póstuma; mas no la del final,
la del horizonte que se va eclipsando;
quizá por presentimiento
o quizá por resentimiento hacia su propio linaje.
Esa sonrisa hoy se eleva
con la esperanza de ver todos sus vagones unidos
y no tan distantes como una estrella sin vida.
Esa sonrisa, con arrugas, pero tan llena de energías:
hoy navega hacia el olivo, en la búsqueda de su hijo "Ovidio".
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