Por cuanto pusisteis espinas en la garganta de
los andenes
y dirigisteis al ciego por el camino del falso
discurso;
vuestros caminos se volverán áspides y vuestro
hogar un nido de escorpiones.
─Cada día sale sol por el oriente y nunca por
el poniente.
Dime a qué te aferras cuando la maldad entra
como torbellino por tu puerta,
dime a quién ruegas cuando tu columna es
carcomida por la herrumbre.
Mucho acontece mientras el viento canta sus
parábolas de agonía,
mucho sobrelleva el arcoíris cuando las
sombras lo devoran lentamente.
─La zarza es dueña de la mayoría de
campánulas.
¿Entregarías vuestro hijo a un ciempiés que
esconde una gárgola bajo su túnica?
El reloj es constante y no se detiene aunque el
infortunio lo rodee como lobo.
Ya es hora de levantarnos como Lázaro, cada
mañana, cada segundo,
hasta que las nubes cobren vida y juzguen al musgo conforme a su travesía.
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