I
Un pájaro nos enseña
a ver con sosiego el horizonte,
un pájaro que vigila
el nicho de la memoria
y entre los rayos del
sol hace su nido.
II
Al final del día, la
nostalgia es una laguna de caracolas,
surge la sensación de
no existir, de morir lentamente;
bajo las nubes, muy
pronto, se apagará el candelabro.
III
Hay espejos rotos,
fríos, con sangre en las pupilas.
La marea nos
convierte en una especie de pulpo,
mientras el reloj
marca la hora del suicidio.
IV
Recuerdo vuestra
cara, vuestro cabello,
recuerdo el perfume
ligero de tus ojos,
tus ojos de niña, de
cárcel inhóspita.
V
Al final, solo
conservo el olvido,
el recuerdo del
olvido en una vasija;
es tiempo de cambiarle el agua.
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