Con
una fantasía, el niño cruza universos en su caballito de madera; mientras
aprende de los días,
aprende a crecer ligeramente como los olivos. El niño abusa de su poder de
inventiva, es
un mago a la hora de dibujar, jugar y pronunciar las nuevas palabras del
desenredo. La luna
parece acabarse: es un pedazo de queso exquisito, la comen y la comen, ella se
regenera, es el origen de los poderes del niño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario