Imaginemos una nube,
una nube chineando a un río;
imaginemos…
que luego lo acuesta en su cama
y al soñar cae de pronto,
cae de pronto de la cama.
Imaginemos al río llorando,
llorando por caerse de la cama;
imaginemos a la nube abrazándolo
y secando sus numerosas lágrimas;
ahora imaginemos a la nube retorciendo,
retorciendo el paño sobre la tierra.
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