Se funde lo triste con los pétalos del lago
y en el suplicio de la hojarasca del estío,
la herrumbre que baila el carbonero
bajo las lágrimas ácidas del arrecife.
Hay un vago secreto bajo los hurtos
y una despiadada desmesura en la escama.
Hoy nado dentro del abismo del trasfondo
y la oscuridad que viene de las redes
sofoca el respiro de mis branquias;
ya casi he muerto y los olivos también.
He sido obligado a permanecer conservado
y sufro en el estero próximo a laguna de páramo.
Hoy me envuelvo con las algas del rocío,
pero mañana sabré si eran hongos
o si eran acantilados envueltos en trampas.
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