Siempre has sido amapola o crisantemo.
─Tengo razones para no beberte.
No es que te odie o ponga horizontes extintos en tus labios
o que tú digas: que la mayoría de mis poros están hechos de
vino.
─Tengo razones para no beberte.
Al lado de mi sombra nunca tendrás el aspecto de una hierba perdurable.
Puedo tomarte y dejar abierto el loto para siempre.
─Tengo razones para no beberte.
Si el apetito se apoderara de mi aliento y tú rostro se tornara
fuego,
quizá pondría un freno antes de beberte del todo a cántaros.
No quiero desecharte como desecho cada gota de intemperie.
Aún te deslizas con ansia por el borde frío de mi memoria;
mas tengo razones para no beberte, tengo razones para no besarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario