─Frente a mí, la penumbra chorrea como espadas en coágulo.
Las arenas y la angustiada nota espasmódica del cierzo,
son un epitafio entumecido bajo la lengua.
Hay tantas escaleras con huesitos hechos de niebla,
hay tantos espasmos nadando entre el toque fúnebre del
invierno;
mañana desayunaremos deslaves con una cereza amarga de atavío,
mientras la plusvalía oscurece dentro de un saco y me hace caer en el caos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario