Viento, viento harapiento: ¿Sabes captar la irreversible nota
de la muerte,
los golpes de pecho del estuario, la anhelada escarcha de
las palabras?
Viento joven y perverso, aquí sucede lo mismo que en tus
juegos,
la vida se ríe bajo las piedras, como bufón riendo de sí
mismo.
(Las paredes son otra
cara azotada, otro oído derruido por el oscuro rocío.)
¡Viento, viento amargo, detente aquí mismo, saborea las
interrogantes del instante!
Viento detente, un muerto te grita, un muerto con signos de vida.
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