Atrapado por sus pensamientos de Josep Ramon Roy, Barcelona
En este puchito de cántaros de resaca:
la niebla espesa de mis pensamientos,
el grillete que como atavío funge de hipócrita,
¿acaso afuera del taburete hay cenizas o guadañas?
Observo como la espalda de las páginas
se rompe en llanto y la arista se preña de himnos
que sirven de canción de cuna para las sombras.
Ahí ofrezco mis divanes, mis limbos que mutilan entrecejos
y calcinan la hoguera de los restos de la garganta.
─¿Cómo si pudieras robarle una pluma al cielo
o una chispa a los esteros que gotean avernos?─
No sé, pero a menudo en la ergástula de las ninfas:
sólo el laberinto de espadas y fotografías sin rostro,
sólo la penumbra en su arcoíris de utopías,
sólo el ciego, fuera del mundo cercado de hipnotismo.
Aquí en el núcleo de este abismo sin claustro:
la lluvia que destiñe la lágrima de las paredes
-finge ser tornado-
y el ventilador se sirve del polvo espectral
que brota como fuego fatuo de mi aliento.
Después de todo, somos esclavos de un mismo calabozo.
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