A veces examino
cómo ríe la mar,
y da la casualidad
que por fuera
sonríe muy natural.
En el fondo
hay un mundo de vidrio,
que cada día limpio
con un pañuelo zafiro.
Mientras trabajo
en la ardua tarea,
tocan las ballenas
su mágico trombón.
Dime tú a dónde han ido,
dime a dónde las sirenas van.
¿Será que emigraron a otro mar?
No quiso contestarme nada el pez,
pues está claro... que no han de volver.
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