Incluso escucho al veneno deslizarse como alimaña.
Entre sus colmillos aún guarda todo cuanto vivió,
todo cuanto latió a las noches de gélida ignorancia.
Parece una piedra, inmóvil, pero reluciente como las
estrellas.
Yace tan frío, al polo norte no le importa en lo más mínimo.
─Dirán las hojas que murió de viejo. Es imaginario su
aliento,
viaja como espectro en búsqueda de su indecible magia,
magia perdida al servir a un cuchillo que apuñaló su Luna.
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