Estoy cansado, agotado de ver títeres de papel manchado.
Barquitos de papel con su barriguita llena estrellas.
Cuadernos de coloreo y esfinges tatuadas de lodo.
Estoy cansado, porque así lo quiere el fardo de mis huesos.
(Así te lo habrá dicho una nube,
luego se disipó mediante un plomazo.)
No, así me lo contó un cohete disfrazado de bala:
quiso que yo sintiera el dolor de una quemadura en el alma,
quiso que yo entendiera la angustia de un cartón sin alegría,
quiso que tú supieras la inexplicable borrachera de santa claus.
Después de todo, el río de vientos arrastra nuestras paranoias
y nos muestra la cara de la muerte en un puñado de polvo.
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