Fotografía de Katarzyna Widmanska
Soy una muñeca de luz, una muñeca de oscuridad.
Mi inconformidad es grabada desde el taburete
y mis lamentos en el eco de las paredes.
Soy una roca, soy una esfinge: soy lo que escribes
y también lo inmutable de tus laberintos. Soy la noche.
Mi aposento, las calles donde algunos ven mi rostro;
entre portones y puentes almidonados por la angustia:
mis pasos resquebrajados y mi vestido gris al ras del piso.
Por ayuno tengo la muerte, por almuerzo tengo mendigos
y de cena, un plato de insomnio y una copa de hojarasca.
(No sé cómo hacer para aliviar tus penurias, ¡dime!)
Deja de escribir en papel y escribe en tus ojos,
después de todo, la luz yace en el horizonte de las tinieblas.
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