¿Qué luminiscencia cabe en el andamio de la orfandad?
¿Cuántos traspatios se vuelven pira en manos de las sombras?
¿En qué respiración cabe el vértigo de los días?
(Te mueves hacia el vaivén de la luz, mientras el fuego asfixia tus poros.)
Respiro la esquizofrenia, panfleto cocinado a 150° bajo imprenta.
Río desenfrenadamente cuando leo el sarcasmo rotundo del calendario,
me río de la Bolsa de Valores, me río de las balas que gritaron libertad en el pasado;
ahora resulta que el Sol ya no se oculta en el poniente, sino en la trinchera del insomnio.
El tiempo está loco hasta la médula, el envío llegó sin previo aviso: sin estampillas,
sin curitas, sin brújula, sin puntos cardinales; de nuevo, leí la mortandad del torogoz.
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