¿Alguna vez has escuchado el canto de tu corazón?
Si no lo has hecho, hazlo.
Es como el enciende y apaga de las luciérnagas.
(Oír tu pecho, es oír cantar a la Luna junto a la cascada,
es una melodía, es algo vivo, es algo especial.)
Si algún día te encuentras solo, busca refugio en tus latidos
y hallarás siempre compañía en ese susurro musical.
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