Igual a ti. Los caminos, una hemorragia de sombras.
(Palabras que jamás hemos
podido dejar en el tintero.)
Sobre la pared, tu nombre escrito con tinta de silencio.
Heme aquí, violento como el grito de los mares,
en medio de un charco de nenúfares oxidados por la niebla.
A través de la Luna, los despojos incluso sucios de las
estrellas,
el resuello profundo de un universo panza arriba en la
retina.
Dejemos de jugar a la polilla, a la libélula, juguemos a
vivir,
juguemos a morir naturalmente como lo hacen las mariposas.
─¿Por qué las rocas hablan de mí y me ven con ojos de espada?
Seguramente ya eres
silencio,
ya eres parte del polvo en el follaje, ya eres parte del aire.
Después te llamarás musgo, te llamarás piel, te llamarás vida.
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