─Dibujando manchas
en el muro que deambula
y pespuntando versos
en el aire que pulula.
Allá se queda el alcohol
sentado en el taburete
y finge ser medicina,
cuando es basura que lastima.
En el establo el tatuaje suena,
descuartiza la piel confusa
y guarda su miel difusa,
para los años de gangrena.
El letargo yace en las paredes
y el labio se reprocha,
cuando se debería utilizar la brocha
para pintar versos de lucha.
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