Me pregunto: ¿dónde está la hostilidad?,
esa hostilidad que al leer se muestra,
¿dónde estará la oscura verdad?,
¿acaso finge ser como la vuestra?
Me encuentro ahora en la tertulia del litoral:
los guijarros parecen de hiedra,
las aguas un desierto de roquedal
y los tabancos se hunden en la tundra.
Ah, el añico de la brújula en el pecho,
no encuentra a su hermano en el espejo,
sólo a la muerte sentada en su lecho.
En estos momentos el imán es derecho
y en el libro de la brújula hay un consejo:
lee y no termines siendo un desecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario