Los pájaros caminan sobre las aguas, han perdido sus alas y pueblan todos los andenes del mundo. Sin embargo, bajo las patas de los escarabajos peloteros: el estertor crece como un tumor dentro de otros tumores, la respiración se agita en los purpúreos campos, mientras tú y yo amor, buscamos entre las agonías, los puchitos de existencia que nos roba a menudo el águila. Por eso en mi ventana, la Luna nunca se posó, un inmenso tizne negro siempre la ocultó. Camino y no escucho, no siento, ni tan siquiera puedo ver como el pasto sonríe, incluso hasta cuando el cielo abre sus heridas, es difícil fingir sonrisas.
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