A un hombre en una solitaria estación:
un cartón le cubre del frío inmutable,
los ojos le observan y pasan de largo,
demuestran su asco, mientras él se esconde
tras el manto gris de sus párpados.
La lluvia cae como un estío sobre su espalda.
Escucha las notas de un lied lejano,
tal si fueran ecos llamándole desde una quimera.
Se da la vuelta y queda boca arriba,
lee un cartel que anuncia: "¿Tienes problemas?
¿Necesitas ayuda? ¡Dios te puede ayudar!
Llama al teléfono: 2526-4849 y te ayudaremos."
Él quizá nunca había pensado en su muerte,
porque a diario se la devora en un plato imaginario;
pero un día alguien le pregunta: "Si usted muriera hoy,
a dónde iría: al paraíso o al averno."
Con una sonrisa apagada como el fulgor
de mil faroles quemados, contesta:
todo se desvanece a gris
y yo lo único que quiero
es un momento de paz.
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