Tengo un barquito de papel
obsequiado por los grillos
al ver en la oscuridad mi cuerpo caer.
Lloraba y lloraba como un pez.
─¡Toma! Es un barquito de papel,
pídele lo que quieras
y su magia te hará creer.
Desde aquel día ya no lloré
y soy un alegre mago de laurel;
ahora puedo contar todos los días
a los pájaros que trae el amanecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario