Logré entender los misterios que esconde cada palabra...
Jamás pensé en el pensar, ahora juego a la poesía, es un juego muy duro cuando nadie te toma importancia, pero la pluma siempre sigue plasmando su abecedario en las marcas del papel desfigurado por el tiempo; tuve la sensación de ver a la letra "P" escondiéndose de mí, pero logré encontrarla y estaba muriendo, pues casi nadie la busca, sino que la matan, pero mi escriba la acogió en su regazo y se siente feliz. Comparé la soga antigua con la de ahora y no tiene comparación, ya que los harapos que cubrían las momias han desaparecido sin dejar huellas, ya no hay venda que cubra la retina del que ahora escribe. Logré entender los misterios que esconde cada palabra escrita en el epitafio del alma; esta sed de escribir verdad sobre mentiras, es algo que no muy a menudo se da, ya que la hojarasca cae y no la vuelven a usar. Caminaba junto a la calígine, caminaba sobre fuego, caminaba sobre espinas que cruzaban mis pies, pero aquí estoy sin rendirme a la Caja de Pandora, busco hacerla desaparecer con las runas giratorias de la emancipación. La libre expresión está en mis venas, el signo verde de la natura sigue flotando a través del espejo que refleja el cambio en la literatura. Escribo para que el veneno se logre ingerir, escribo para que la tonada de las figuras retóricas toquen la campana de la torre que lee, escribo para que las escaleras sean nada más de un peldaño para llegar a otro mundo, escribo para que otros sepan cuál es el propósito de la vida, escribo para que los laureles suelten el cierzo y golpeen al que está dormido en la holgazanería...
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