Encendida como antorcha quemando sienes...
Escondida detrás de cada espectro,
nunca tardas en llegar ante la lengua,
guardas la evidencia como un tesoro,
armas el rompecabezas para destruirlo,
ñandús y avestruces fenecen por tu pico,
oscura niebla la que escondes a menudo.
Mordidas desgarrantes las que sostienes,
encendida como antorcha quemando sienes,
no conoces la evidencia en tu diccionario,
tocas la melodía endemoniada de la piedad;
intento no volverte a tocar, pero eres realidad;
ratos de angustia para el dañado frente al fuego,
antes pienso en tus espinas, por eso no me espino,
sarcasmos e infidelidad en la punta de tu cuerpo.
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