Somos la etiqueta del amor,
somos la vestimenta madura,
somos el alma sin temor,
somos dos bestias con armadura.
Teñimos nuestras sábanas en el clamor,
rompemos el esquema de la atadura,
tiramos al suelo el resplandor,
de la oscuridad en la sepultura.
Jugamos a ser ángeles del cielo,
a ser sonidos de ecos especiales,
no a ser dos especies de animales.
No le tomamos atención al celo,
evitamos las acciones judiciales,
para que los ciegos no sean perjudiciales.
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