Como luciérnaga en la noche,
deslumbrando sin ningún reproche.
La estrella en el cosmos te acompaña
y tu cuerpo se luce en la mañana.
Como la transparente luna del coche,
acogiéndote sin ningún reproche.
Eres un bajo golpe para la araña,
que espera a su presa en la telaraña.
Conviertes al río en espejo,
dejando cada ojo perplejo
y tocando campánulas con el entrecejo.
Desnudas al gato del corazón viejo,
mostrándole al orbe su reflejo
y convirtiendo al puma en conejo.
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