(para aquel niño vencido)
Has de saber que no tengo fuerza,
pero aunque soy pequeña tengo destreza;
es todo una faena el abrir un coco,
al final sé que lograré beber un poco.
Los árboles son mi medio de pureza
y también los utilizo de entereza.
A veces quisiera ser un perico,
pero me doy cuenta que ya soy rico.
El salto olímpico que doy del árbol,
es nada más un paso más del escalón,
para romper el record y llegar al millón.
No le temas al ardiente y taimado Sol,
ya que los rayos sólo son un centellón,
adáptate al ambiente como el camaleón.
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